jueves, 10 de mayo de 2018

Los tres amigotes del bullying internacional




El vicepresidente Mike Pence asegura que los Estados Unidos de Norte América están preparados para volver a lanzar un ataque sobre Siria, en el caso de que Bashar al-Ásad vuelva a utilizar armas químicas en contra de la sociedad civil; esta afirmación la realiza sin contar aún con ninguna prueba, ya que el grupo enviado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para esta investigación, -la  Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)-, llegó  el domingo 15, (un día después del ataque), a Damasco, lugar donde ya se realizan las primeras investigaciones.
Tras la pregunta realizada a Pence  en cuanto al  por qué no se esperó a que se realizarán las investigaciones y lo apresurado del ataque, indicó que, EEUU tiene completa certeza de los hechos ocurridos con el lanzamiento de gas cloro sobre población civil en Siria, lo que a su juicio constituye un acto terrorista y no ameritaba más esperas para enviar un “mensaje” a las Fuerzas Armadas del Ejército Sirio.

Estas afirmaciones vienen a sustentar la idea que se maneja en la mayoría de las naciones del mundo sobre la forma en que se ejecuta la política exterior estadounidense, que apunta más al manejo de la fuerza como herramienta de disuasión, que del diálogo y los acuerdos. Esto los convierte en una especie de policía mundial, y les permite, desde sus espacios de “inteligencia”, sustentar, planificar y realizar ataques a otras naciones, en violación flagrante del derecho internacional.

El Derecho Internacional Humanitario (DIH)

Leemos y escuchamos mucho sobre este derecho, pero ¿de qué trata el DIH?, en pocas palabras y según el Servicio de Asesoramiento del Derecho Internacional Humanitario, emitido por el Comité de la Cruz Roja Internacional, es: “un conjunto de normas que, por razones humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos armados. Protege a las personas que no participan o que ya no participan en los combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra. El DIH suele llamarse también “derecho de la guerra” y “derecho de los conflictos armados”.

Esta conceptualización deja claro a qué se refieren los mandatarios de Venezuela, Bolivia, Rusia y demás países que han condenado el ataque a Siria por parte de EE.UU. y sus aliados Francia y Reino Unido, cuando aducen que en este ataque se violó el Derecho Internacional Humanitario, en primera instancia, porque no se llevaron a cabo los procedimientos para tal evento, como son:  investigar, agotar los recursos diplomáticos, solicitud ante el Consejo de Seguridad de la ONU y espera de la sanción de este organismo.

Sin embargo, ya en anteriores ocasiones EE. UU. ha actuado de la misma forma, indicando que, Estados Unidos no tiene que esperar la autorización de ningún organismo internacional para iniciar un ataque unilateral y “preventivo”.

Esta forma de actuar fue lo que permitió que se realizara una agresión en Siria con el bombardeo de “objetivos “, que llevó al lanzamiento de 103 misiles en esta nación árabe, hecho que no tuvo las repercusiones esperadas y fue repelida en casi un 70%.

Remitiéndonos a una pequeñísima parte de historia reciente y cronológica de las acciones de los EE. UU. en contra de países que difieren de sus políticas en Relaciones Internacionales y de sus doctrinas sobre democracia, podemos citar:
Yugoslavia en 1999
La intervención de la OTAN sin sanciones de la ONU. Se manejó desde los medios como “intervención humanitaria”. La capital de Yugoslavia, Belgrado, y otras ciudades fueron atacadas con cohetes y con bombas.

Afganistán, 2001 – hasta hoy.
Intervención de la OTAN y sin la sanción de la ONU.

Pakistán, Yemen, Somalia, 2002 – hasta hoy.
Ataques con aviones no tripulados, sin autorización de la ONU.

Irak, 2003.
Intervención de EE. UU.  y algunos aliados sin autorización de la ONU.

Con estas evidencias históricas y repetitivas, pudiésemos valorar o no los múltiples motivos que se tuvieron para iniciar y mantener las guerras antes señaladas que este país del Norte defiende a escala planetaria, no obstante estos  eventos  han conllevado a sus víctimas, hambre desasosiego, atraso y colocación de gobiernos títeres a  intereses foráneos.

Sin lugar a dudas, queda en evidencia claramente que para los EE. UU. No es necesaria la  notificación ni la evaluación de la ONU para que de manera unilateral pueda iniciarse una confrontación con cualquier país. Hecho que inicialmente viola de manera flagrante el derecho internacional, ya que evita la mediación de la ONU y la búsqueda inicial de una solución pacífica a los conflictos.

Desde esta tribuna, podemos pensar que, independientemente de las motivaciones (reales o no), es un hecho que con la presidencia de Donald Trump y su comitiva gubernamental, (Mike Pence, Nikki Haley y Mike Pompeo, entre otros), se avizora una escalada en los conflictos, especialmente con Siria, bastión de fortaleza y dignidad que, hasta ahora, resiste con la ayuda de Rusia, su aliado más fuerte.

Francia y Reino Unido han estado a la par de los estadounidenses en los conflictos que este país ha iniciado sin consulta. En la actualidad funcionan como los tres amigotes, que por medio de la fuerza, intentan hacer bullying a los países que no sigan su ideología, aquella plasmada en el Destino Manifiesto, que no es otra que la dominación del mundo“por la autoridad divina de Dios”.


https://www.elciudadano.cl/columnas/los-tres-amigotes-del-bullying-internacional/04/15/

lunes, 19 de marzo de 2018

Mike Pompeo por Rex Tillerson: repercusiones para América Latina

Gracias a las diferentes informaciones y consejos que Mike Pompeo dio al presidente Trump, este tomó la decisión de aplicar sanciones al gobierno del presidente Maduro y a Venezuela en general, insinuando que una “operación militar” era factible en este país.

 
Foto: Web

Ya es un hecho el cambio de Rex Tillerson como Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU)  por Mike Pompeo, ahora ex director de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) por sus siglas en inglés.
Un breve análisis sobre las declaraciones del flamante nuevo secretario de Estado, indica que un endurecimiento en cuanto a la política exterior del país del norte sobre América Latina será tangible en el corto plazo, en especial para Venezuela.

En los hechos debemos reconstruir las razones que llevan al presidente Donald Trump a prescindir de los servicios de Tillerson (antiguo director de la petrolera Exxon). Entre alguna de ellas estuvo: su forma de actuar y de ver la realidad, características que chocaron con Trump desde sus inicios en el cargo. Tillerson, más reflexivo e iniciador de acuerdos a largo plazo, va en dirección totalmente opuesta a la del presidente Trump, persona más reactiva, explosiva y con visión de soluciones a corto plazo.

Como la antítesis de Tillerson, Mike Pompeo, ve las soluciones a los problemas hemisféricos desde las sanciones, reacciones de fuerza, políticas de endurecimiento de relaciones y doctrina Obama: “Washington debe torcer el brazo de otros países para que hagan lo que nosotros queremos”, visión que es cercana al paroxismo  de la perspectiva Trump.

Entre las diferentes características de Pompeo podemos nombrar que es antiguo miembro del Tea Party, corriente partidaria en la que convergen la filosofía conservadora y el liberalismo libertario estadounidense; es defensor de la pena de muerte para aquellos que según su visión dañan las instituciones de inteligencia norteamericanas, como el caso de Edward Snowden; y no cree en los espacios grises, solo valora en colores blancos y negros, el mundo desde la visión de “amigos” o “enemigos.”

América Latina y Tillerson como secretario de Estado

Tillerson realizó una gira por América Latina en la que visitó México, Argentina, Colombia y Perú. Entre sus aspiraciones estaba la promoción  de un espacio “justo y democrático”, además de esta expectativas de “democracia integral” en la región. Otra de sus intenciones era tratar el tema “Venezuela” con los presidentes de estos países.

México

El 1° de febrero, Tillerson llega a México con la prioridad de llegar a acuerdos necesarios para afianzar y ajustar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), después de las amenazas desde Washington de la retirada de EEUU del tratado. Sin embargo alternó informaciones sobre intervención rusa en las elecciones de este país y pidió ayuda a México en la “situación de Venezuela.”

Argentina

El 3 de febrero, la llegada de Tillerson a Argentina no deparó mayores cambios en su estructura a las establecidas  en México. Inicialmente apoyó el “Liderazgo” de Argentina en la región Suramericana y pidió mayores sanciones para Venezuela.

Colombia

El 6 de febrero, en su llegada a Colombia, Tillerson además de destacar los esfuerzos del gobierno de Juan Manuel Santos contra el terrorismo y el narcotráfico, decidió tomar el tema Venezuela con más fuerza e indicar que Colombia era esencial en la “restauración de la democracia en Venezuela”

Perú

El 5 de febrero, en la llegada de Tillerson a Perú se trataron temas de relación bilateral y sobre la realización de la Cumbre de las Américas a efectuarse en la capital de ese país (Lima), el 13 y 14 de abril, con la participación del presidente Donald Trump en esta cita.

Sin visita pero con repercusiones para Venezuela


En esta gira relámpago de Tillerson quedó clara la perspectiva en política exterior de los EEUU hacia Venezuela, y produjo un endurecimiento de actores políticos hacia este país del Sur de América,  además de la arremetida final del presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski,  país perteneciente al Grupo de Lima, creado el pasado 18 de febrero ante la imposibilidad de aplicar la Carta Democrática Interamericana desde la Organización de Estados Americanos (OEA), retirando la invitación al Presidente Maduro a la Cumbre de las Américas a realizarse en ese país.

América Latina y Mike Pompeo

Como jefe de la Central de Inteligencia Americana (CIA), Pompeo ha tenido que ver con América Latina, especialmente con Venezuela sobre la cual desea un cambio de gobierno, hecho que ha expresado públicamente.

Gracias a las diferentes informaciones y consejos que Mike Pompeo dio al presidente Trump, este tomó la decisión de aplicar sanciones al gobierno del presidente Maduro y a Venezuela en general, insinuando que una “operación militar” era factible en este país.
Para la cadena televisiva FOX (televisora abiertamente republicana), Pompeo indicó: “Venezuela podría convertirse en un riesgo para Estados Unidos”. “Los cubanos están ahí; los rusos están ahí, los iraníes, Hezbolá están ahí. Esto tiene el riesgo de llegar a un lugar muy malo, por lo que Estados Unidos debe tomarlo muy seriamente”.
Para México, la llegada de Pompeo no es tan bien vista, ya que reconocen que este actor político es de línea dura, por lo que pueden llegar a evidenciarse diferentes imposiciones que no permitan acuerdos justos entre los firmantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte: Canadá Estados Unidos y México.
Otros de los países que puede verse afectado con la llegada de Pompeo son Colombia, que desde el 12 de octubre de 2011 mantiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU; Perú por mantener un Acuerdo de Promoción Comercial (APC) firmado en 2006 y que entró en vigencia en el 2009, gracias al cual existe una promoción e intercambio comercial entre estos dos países; y con Argentina, por la disposición de Donald Trump de imponer aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio proveniente de este país.
Nada esclarecedor ni positivo tiene este nuevo anuncio desde la Casa Blanca, nuevas directrices y pocas esperanzas de diálogos se avizoran en el horizonte Latino Americanista. No se espera que las respuestas lleguen muy rápido ya que, Pompeo, se encontrará con problemas más apremiantes: Corea del Norte y el diálogo con EEUU, y las tensiones con Rusia. Sin embargo pronto llegará el turno del Sur.