El vicepresidente Mike Pence asegura que los Estados Unidos de Norte América
están preparados para volver a lanzar un ataque sobre Siria, en el caso de que
Bashar al-Ásad vuelva a utilizar armas químicas en contra de la sociedad civil;
esta afirmación la realiza sin contar aún con ninguna prueba, ya que el grupo
enviado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para esta
investigación, -la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas
(OPAQ)-, llegó el domingo 15, (un día después del ataque), a Damasco,
lugar donde ya se realizan las primeras investigaciones.
Tras la pregunta realizada a Pence en cuanto al por qué no se
esperó a que se realizarán las investigaciones y lo apresurado del ataque,
indicó que, EEUU tiene completa certeza de los hechos ocurridos con el
lanzamiento de gas cloro sobre población civil en Siria, lo que a su juicio
constituye un acto terrorista y no ameritaba más esperas para enviar un
“mensaje” a las Fuerzas Armadas del Ejército Sirio.
Estas afirmaciones vienen a sustentar la idea que se maneja en la mayoría de
las naciones del mundo sobre la forma en que se ejecuta la política exterior
estadounidense, que apunta más al manejo de la fuerza como herramienta de
disuasión, que del diálogo y los acuerdos. Esto los convierte en una especie de
policía mundial, y les permite, desde sus espacios de “inteligencia”,
sustentar, planificar y realizar ataques a otras naciones, en violación
flagrante del derecho internacional.
El Derecho Internacional Humanitario (DIH)
Leemos y escuchamos mucho sobre este derecho, pero ¿de qué trata el DIH?, en
pocas palabras y según el Servicio de Asesoramiento del Derecho Internacional Humanitario,
emitido por el Comité de la Cruz Roja Internacional, es: “un conjunto de normas
que, por razones humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos
armados. Protege a las personas que no participan o que ya no participan en los
combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra. El DIH suele
llamarse también “derecho de la guerra” y “derecho de los conflictos armados”.
Esta conceptualización deja claro a qué se refieren los mandatarios de
Venezuela, Bolivia, Rusia y demás países que han condenado el ataque a Siria
por parte de EE.UU. y sus aliados Francia y Reino Unido, cuando aducen que en
este ataque se violó el Derecho Internacional Humanitario, en primera
instancia, porque no se llevaron a cabo los procedimientos para tal evento,
como son: investigar, agotar los recursos diplomáticos, solicitud ante el
Consejo de Seguridad de la ONU y espera de la sanción de este organismo.
Sin embargo, ya en anteriores ocasiones EE. UU. ha actuado de la misma
forma, indicando que, Estados Unidos no tiene que esperar la autorización de
ningún organismo internacional para iniciar un ataque unilateral y
“preventivo”.
Esta forma de actuar fue lo que permitió que se realizara una agresión en
Siria con el bombardeo de “objetivos “, que llevó al lanzamiento de 103 misiles
en esta nación árabe, hecho que no tuvo las repercusiones esperadas y fue
repelida en casi un 70%.
Remitiéndonos a una pequeñísima parte de historia reciente y cronológica de
las acciones de los EE. UU. en contra de países que difieren de sus políticas
en Relaciones Internacionales y de sus doctrinas sobre democracia, podemos
citar:
Yugoslavia en 1999
La intervención de la OTAN sin sanciones de la ONU. Se manejó desde los
medios como “intervención humanitaria”. La capital de Yugoslavia, Belgrado, y
otras ciudades fueron atacadas con cohetes y con bombas.
Afganistán, 2001 – hasta hoy.
Intervención de la OTAN y sin la sanción de la ONU.
Pakistán, Yemen, Somalia, 2002 – hasta hoy.
Ataques con aviones no tripulados, sin autorización de la ONU.
Irak, 2003.
Intervención de EE. UU. y algunos aliados sin autorización de la ONU.
Con estas evidencias históricas y repetitivas, pudiésemos valorar o no los
múltiples motivos que se tuvieron para iniciar y mantener las guerras antes
señaladas que este país del Norte defiende a escala planetaria, no obstante
estos eventos han conllevado a sus víctimas, hambre desasosiego,
atraso y colocación de gobiernos títeres a intereses foráneos.
Sin lugar a dudas, queda en evidencia claramente que para los EE. UU. No es
necesaria la notificación ni la evaluación de la ONU para que de manera
unilateral pueda iniciarse una confrontación con cualquier país. Hecho que
inicialmente viola de manera flagrante el derecho internacional, ya que evita
la mediación de la ONU y la búsqueda inicial de una solución pacífica a los
conflictos.
Desde esta tribuna, podemos pensar que, independientemente de las
motivaciones (reales o no), es un hecho que con la presidencia de Donald Trump
y su comitiva gubernamental, (Mike Pence, Nikki Haley y Mike Pompeo, entre
otros), se avizora una escalada en los conflictos, especialmente con Siria,
bastión de fortaleza y dignidad que, hasta ahora, resiste con la ayuda de
Rusia, su aliado más fuerte.
Francia y Reino Unido han estado a la par de los estadounidenses en los
conflictos que este país ha iniciado sin consulta. En la actualidad funcionan
como los tres amigotes, que por medio de la fuerza, intentan hacer bullying a
los países que no sigan su ideología, aquella plasmada en el Destino Manifiesto,
que no es otra que la dominación del mundo“por la autoridad divina de Dios”.
https://www.elciudadano.cl/columnas/los-tres-amigotes-del-bullying-internacional/04/15/