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Esta decisión vociferada una y otra vez por Armando Briquet y todos los acólitos de la dirigencia opositora, ha causado felicidad entre sus seguidoras y seguidores, ya que según ellos, es una medida que perjudica al país y por ende a todas y todos los venezolanos.
Muchos de los que apoyan esta medida, que sería tomada por el supuesto gobierno de la derecha, viven alquilados en los más de 100 edificios que se encuentran en afectación o expropiación por parte del gobierno nacional para ser entregados a sus inquilinos. Personas que en la mayoría de los casos tienen hasta 40 años viviendo en calidad de arrendatarios.
¿Qué pasará con estas familias de la patria, tan venezolanas y venezolanos como los que apoyamos al Comandante Chávez? Bueno, no se debe ser muy ingenioso para intuir qué pasará, un punto básico a tomar en cuenta para la reflexión es que, la Asociación de Propietarios de Inmuebles Urbanos (Apiur), apoya tanto financieramente como mediáticamente a Radonski.
Dejando jugar la imaginación de este supuesto negado podemos indicar que, al día siguiente de ser proclamado Radonski como presidente, los dueños de estos edificios mandarán comunicados masivos a todas las inquilinas e inquilinos de estos edificios solicitándoles en algunos casos desalojo, y en otros casos notificación de aumento de arrendamiento.
Solo necesitamos hacernos una pregunta interna, invito a los inquilinos de derecha que viven en estos edificios a que se la hagan, ¿si en estos momentos el dueño del edificio me quiere sacar de la vivienda en conjunto con mis hijos y mis padres ancianos, lo lograría?, la respuesta es obvia. Ahora, hágase la misma pregunta pero asumiendo que el presidente es Radonski, la respuesta también es obvia.
La derecha no defiende los intereses del pobre o de la clase media baja, la derecha defiende los intereses del poderoso, del propietario de los monopolios de cemento, del explotador. Es fácil darse cuenta con simplemente saber quien apoya su candidatura. Averiguar, investigar y reflexionar nos ayuda a contextualizar y a desmontar mentiras. Gracias por leerme, bienvenidos a mi trinchera comunicacional.